18 de noviembre de 2008

se me ocurrió pensarte,
escribirte con una vela en la mano,
el sonido de las teclas golpeadas con mis dedos.
No aprendo a no darte todo,
no aprendo a guardar un poquito de mi.

Me es familiar esta soledad,
esta sordidez, pero ahora me cala mas en los huesos.
Me siento decepcionada, desilusionada, por todos, por mi misma.
Ahora
ya no puedo confiar ni en mi propia sombra,
ni en mi mente, mucho menos en mi mejor amiga.

Ahora me toca enfrentar el mundo a mi sola,
con el llanto aguado,
esperando salir,
pero como buena ciudadana, nadie lo puede ver salir.

Ahora yo sola,
a intentar tener un dialogo con alguien real,
yo sola a platicar con personas que ni en mi mundo están.
Yo sola a consolarme,
yo sola a vivir,
yo sola.


Se que no me convienes,
se que volveré a pasar por lo mismo a tu lado,
a quemarme con la misma llama.
Pero ¿a quien le importa?
Si mientras estoy a tu lado,
haces que el mundo se detenga
en cada milímetro de mi piel
cuando tus labios la toca.

No estoy lista para otra desilusión,
y hay tantos a quien descubrir,
pero tu siempre has sabido mantenerme a tu lado,
como un pinché perro.

Pero ya no puedo esperar nada de ti.
Ni siquiera que me enseñes como llorar,
y es que todo seria tan fácil,
si sintieras mis lagrimas esparcirse por tu boca,
como un testigo anónimo de mi pubertad hacia el amor.

Llevo años deseando dejarte de lado,
y nunca lo he podido hacer,
no he hallado la forma,
pero créeme,
algún día lo haré,
cuando el viejo amor este de mi lado.
O la luna decaiga 45º hacia mi columna.
Entonces ya no estare.

No hay comentarios.: